martes, 6 de abril de 2010

Medio día

La hora de almolzar y todavía en la cama, es aburrido ver pasar el tiempo. Antes me gustaba, ya no. La comida no es necesaria para el alma. Ser pobre de espíritu será como ser un anoréxico del alma, parece que la comida no es necesaria pero sin ella se acabó, ni alma, ni cuerpo pero si la nada. Siempre está cuando la llamo. Proteínas vegetales y animales y algo de vitaminas, ese será mi almuerzo. Mi cuerpo se quedará flácido, en la cama su surco marcado, como en los dibujos animados.
¡Ay Silvia! levántate ya. Levántate ya, me recuerda algo:
"[...] ¡Ay! -pensé- ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: <<¡Levántate y anda!>>"
...A comer.

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