miércoles, 4 de enero de 2012

Mi cumpleaños


Julia cumplía 30 años, le retumbaba en la cabeza cada año. No veía lo positivo de cumplir, sólo que cada vez se acercaba más a la muerte. Muerte pendenciera se decía y no olía los días, no los sentía. En ese vacío construyó su vida.
Hoy miro a Julia, inerte y esclava como imagen eterna de la vida y la muerte.