Foto NatalieColibri
Mis manos ya no me pertenecen.
Mis ojos tampoco.
Cuando me exilié de tu boca,
sin saberlo,
mi exilio interior comenzó.
Ya mis ojos no me pertenecen,
ni mis manos.
Ya no oigo más que banalidades.
Mis pies no quieren caminar.
Sólo puedo quedarme aquí,
esperando la primavera,
a ver si con ella,
mi otra vida
comienza en mí.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
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