Foto NatalieColibri
Mis manos ya no me pertenecen.
Mis ojos tampoco.
Cuando me exilié de tu boca,
sin saberlo,
mi exilio interior comenzó.
Ya mis ojos no me pertenecen,
ni mis manos.
Ya no oigo más que banalidades.
Mis pies no quieren caminar.
Sólo puedo quedarme aquí,
esperando la primavera,
a ver si con ella,
mi otra vida
comienza en mí.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
domingo, 8 de julio de 2012
Dolor
Cinco años deben ser el tiempo límite para desenamorarte de alguien. Los problemas, las crisis, las faltas de respeto, los reproches...las ganas de sentir nada porque te sientes nadie.
El dolor de garganta se apodera del pecho, y de ahí, sube al lacrimal y la nariz se espesa. Procesos fisiológicos que intentan explicar al alma que el amor duele.
¿Dónde se habrá quedado el vaivén que un día embriagó mi ser?
¿Dónde estarán las risas de la tarde, las películas de la noche?
¿Dónde estará el tiempo veloz inamovible en el espacio?
¿Dónde estás?
¿Dónde estoy?
miércoles, 13 de junio de 2012
Química pura
La rutina le había llevado a ver la vida como una mera espectadora,
le venían recuerdos del pasado cuando protagonizaba su vida cambiante con energía y vitalidad.
Muchas veces se equivocaba pero como un resorte se volvía a levantar,
inconsciente de lo que pudiera suceder e incansable,
cogía su mejor sonrisa y salía a respirar el sol del atardecer.
Recuerdos, hoy sólo son recuerdos.
Por eso cuando le volvió a ver creyó ser la de antaño,
se rompió la rutina y sin mirar atrás se tiró a la piscina.
Pero los dos habían cambiado, cada uno tenía su vida,
ninguno iba a renuncia a ella.
Ella no le volvió a llamar,
él siguió su camino nómada,
al igual que entonces no hablaron ni solucionaron nada,
la decisión ya estaba tomada.
le venían recuerdos del pasado cuando protagonizaba su vida cambiante con energía y vitalidad.
Muchas veces se equivocaba pero como un resorte se volvía a levantar,
inconsciente de lo que pudiera suceder e incansable,
cogía su mejor sonrisa y salía a respirar el sol del atardecer.
Recuerdos, hoy sólo son recuerdos.
Por eso cuando le volvió a ver creyó ser la de antaño,
se rompió la rutina y sin mirar atrás se tiró a la piscina.
Pero los dos habían cambiado, cada uno tenía su vida,
ninguno iba a renuncia a ella.
Ella no le volvió a llamar,
él siguió su camino nómada,
al igual que entonces no hablaron ni solucionaron nada,
la decisión ya estaba tomada.
miércoles, 4 de enero de 2012
Mi cumpleaños

Julia cumplía 30 años, le retumbaba en la cabeza cada año. No veía lo positivo de cumplir, sólo que cada vez se acercaba más a la muerte. Muerte pendenciera se decía y no olía los días, no los sentía. En ese vacío construyó su vida.
Hoy miro a Julia, inerte y esclava como imagen eterna de la vida y la muerte.
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